FICHA TÉCNICA:
PROYECTO: Propuesta de Co-housing senior
SITUACIÓN: Castilla y León
FECHA: 2021
CLIENTE: Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, Junta de Castilla y León
SUPERFICIE: 4.500 m2
PRESUPUESTO: 5,500.000€
FASE: Primer premio en el Concurso de Ideas (Enmihabitat)
En colaboración con AMASCÉ
DESCRIPCIÓN:
El objeto del concurso giraba en torno a un nuevo modelo de apoyo al colectivo de la tercera edad, basado en el «Envejecimiento activo» y en la «Atención centrada en las personas» (ACP), de forma que las propuestas arquitectónicas dieran una respuesta a esta nueva forma de entender el envejecimiento y la atención a este colectivo, cada vez mayor en los paises desarrollados.
Actualmente, uno de los grandes retos a los que tiene que hacer frente nuestra sociedad es resolver las necesidades residenciales de las personas mayores sin olvidar su derecho a la inclusión social a través de modelos que integren la participación activa en la toma de decisiones, el fomento de modos de vida basados en el apoyo, la independencia y el empoderamiento.
La evolución hacia un modelo P-E-A (Persona/Entorno/Actividad), supone diseñar entornos que puedan ser usados por cualquier persona. Tres aspectos deberían caracterizar los modelos de vivienda para mayores:
- Espacios domésticos diseñados para personas con algún tipo de discapacidad, o previsión de aparición de la misma.
- Existencia de servicios ligados al proceso de envejecimiento, que bajo la perspectiva compensatoria definan instalaciones y equipamiento complementario al modelo.
- Empoderamiento y fomento de las relaciones sociales de usuarios de perfil complejo en constante proceso de transformación.
Como consecuencia de todo lo anterior, una propuesta de vivienda para personas mayores debe trabajar en cuatro claves asociadas con la teoría del envejecimiento activo:
INDEPENDENCIA
INTERACCIÓN SOCIAL
INTEGRACIÓN SOCIAL Y URBANA
IDENTIDAD
1. INDEPENDENCIA
Ligada al aspecto físico del espacio y por la aplicación de una perspectiva compensatoria que supone el espacio como herramienta para la subsanación de los problemas que han surgido, o que puedan surgir. Fuertemente relacionado con la funcionalidad y la autonomía.
En este punto cobra importancia el concepto de vivienda flexible, entendida como la capacidad de adaptarse a nuevos requerimientos.
Por otra parte, el concepto de independencia está estrechamente vinculado a los conceptos de seguridad, protección y accesibilidad, características que deben presentar cualquier entorno que posibilite el desarrollo de cualquier tipo de actividad con autonomía.
2. INTERACCIÓN SOCIAL
El proceso de envejecimiento produce limitaciones en las actividades y rutinas diarias de las personas, afectando tanto al espacio doméstico como al entorno más cercano.
Con la edad, las relaciones sociales y el contacto con el exterior se ven alterados, por lo que deben ser objeto de atención desde el punto de vista proyectual. Y así lo han sido desde los primeros modelos contemporáneos de alojamientos para mayores. Desde la arquitectura, esto se refleja en el tratamiento de las zonas comunes y de los espacios intermedios, entendidos estos últimos como espacios-límite entre lo público y privado.
Las zonas comunes han experimentado sucesivos cambios de paradigma, pasando de un modelo centralizador de los diferentes usos en un solo punto a un modelo de dispersión de los usos. En la actualidad la tendencia es a la generación de un único espacio polivalente. En la generación de estos espacios cobra enorme importancia el sistema de gestión.
La idea de espacio intermedio o límite como elemento de gestión mejora la esfera pública desde un punto de vista compensatorio, debido a la progresiva pérdida del círculo social de la persona mayor. Mediante una arquitectura contra la desventaja, se ha tratado de compensar las dificultades de mantener los lazos sociales o el contacto con el exterior mediante la colonización de espacios ambiguos adyacentes, de carácter semipúblico, con la idea de favorecer la interacción social. Cobra sentido el concepto de umbral, entendido como un espacio intermedio que sirve de nexo de unión entre las viviendas y la socialización en pequeños grupos.
3. INTEGRACIÓN SOCIAL Y URBANA
Respuesta ante la existencia de un riesgo de exclusión social como consecuencia de la pérdida de capacidades cognitivas, y que, en una escala mayor, afecta a la propuesta urbana. La integración está condicionada por la gestión del riesgo de segregación generacional, pero también por una excesiva singularización del objeto arquitectónico.
«La integración urbana consiste en el uso de un lenguaje acorde con el contexto en el que se ubica, sin grandes gestos ni singularidades». OMS – Red Mundial de ciudades amigables con las personas mayores o la definición de envejecimiento activo.
4. IDENTIDAD
Existe una correspondencia entre el proceso de envejecimiento y la relación derivada que se establece entre la persona y su entorno.
La identidad es la componente esencial en la definición de hogar, ya que se relaciona tanto con los objetos y aspectos físicos del espacio como con las actividades y rutinas domésticas.
La sociología establece una relación entre la persona y el hogar a través de la identidad y la sensación de pertenencia, estando vinculadas a su vez a la sensación tan importante de continuidad.
A estos cuatro requerimientos, que entendemos deben estar presentes en el proceso proyectual, cabe añadir uno más, el bioclimatismo, entendido desde varios aspectos: el uso de tipologías arquitectónicas acordes con el lugar donde se inserta, el uso de estrategias que permitan el máximo aprovechamiento de los recursos naturales, reduciendo el consumo energético y encaminándose a la realización de edificios de consumo energético nulo o casi nulo, y por último, el empleo de las energías renovables.
CASAS PATIO: MECANISMO BIOCLIMÁTICO Y EJEMPLO DE VIDA EN COMUNIDAD
El propósito planteado desde el comienzo fue encontrar una tipología que permitiese la consecución de las cuatro «I» (Independencia, Interacción Social, Integración social y urbana e Identidad).
Las casas con patio son una tipología muy extendida a lo largo de la geografía española, no solo como viviendas unifamiliares con un espacio exterior privativo dentro, sino como casas de vecinos, adoptando distintas denominaciones en función de la zona geográfica. El patio permite, en función del tamaño y número de vecinos, generar microcomunidades, a la vez que las viviendas garantizan la independencia. Por otra parte, las galerías de distribución generan espacios susceptibles de ser apropiados por los usuarios, colonizándolos con elementos que fomentan la integración social y la identidad.
La propuesta consiste en generar módulos de dos plantas con patio central con galerías perimetrales. Están pensados para 8 usuarios o unidades de convivencia, de forma que se garantice la interacción social. Estos módulos-patios se pueden unir entre sí por medio de agregaciones, y a través de éstas, se pueden generar espacios exteriores comunitarios. Estos módulos-patio se tratarían de forma individualizada, permitiendo que los usuarios se sientan identificados con sus unidades, y por otro lado, se aleja de conceptos como monotonía, impersonalidad, no lugar, etc…
Entre las múltiples soluciones que se pueden plantear desde el punto de vista morfológico, a través de la agregación de módulos-patio, la opción escogida genera un gran patio interior, a modo de plaza pública, donde se pueden desarrollar múltiples actividades comunitarias; desde jardines para pasear, zonas de juego o ejercicio físico, reuniones, conciertos, etc…, de tal manera que se producen diferentes niveles y escalas de espacios comunitarios de socialización: galería de planta; patio-módulo; patio central del complejo.
Desde el punto de vista de los requerimientos a nivel de superficie, necesarios para el desarrollo de la propuesta, el proyecto asume la tendencia en la implantación de este tipo de co-housing senior de localizarse en zonas rurales, en poblaciones satélite pero bien conectadas con ciudades de mayor envergadura, donde el precio del suelo es bajo, permitiendo un desarrollo de baja densidad, con una edificabilidad de 0,65 m²t/m²s y una repercusión de 130 m²s/viv.
LA TIPOLOGÍA RESIDENCIAL
La propuesta se plantea desde la base del concepto de envejecimiento activo, es decir, enfocado a un conjunto de población mayor de 55 años, autónoma, pero que busca un concepto de vida en comunidad sin renunciar a tener total independencia en sus actividades y modo de vida. En este sentido, todas las viviendas que se plantean en la propuesta permiten realizar todas las actividades que se suelen desarrollar en una vivienda estándar. Por otra parte, las viviendas también se plantean desde la flexibilidad, entendiéndose que pueden ser válidas para cualquier estado físico de los usuarios. En este sentido, todas las viviendas están, o pueden estarlo, adaptadas a personas con movilidad reducida.
El tipo predominante es la vivienda de 1 dormitorio, compuesta por estar-comedor, cocina, baño y dormitorio. A la hora de organizar la distribución, se opta por concentrar la circulación interior junto a la fachada para obtener un espacio de calidad con ancho suficiente para ser vividero y servir de expansión a los usos especializados (cocina, dormitorio, baño). La posición de las cocinas, frente a las galerías y junto a las puertas de acceso, permite un control efectivo de las zonas comunes y una relación visual entre el interior privado y el exterior público.
Otro aspecto importante que se quería reflejar en la propuesta es la necesidad que tienen muchas personas de poder acoger en sus casas a familiares y amigos, pero siempre garantizando la independencia. En este sentido, la propuesta también plantea la inclusión de apartamentos tipo estudio, al menos uno por patio, con la idea servir como complemento a las viviendas ante la necesidad que pueda existir de asistencia continuada, acoger temporalmente a familiares, etc… También, la pertinencia de disponer cocinas y comedores compartidos por la importancia de cocinar y comer acompañada como acto fundamental de socialización.